Beyoncé lo ha vuelto a hacer. Y no nos referimos a estrenar un álbum por sorpresa, que también. Lo que todos esperábamos, como ya hizo hace tres años, Beyoncé lanzó un álbum visual que, en esta ocasión, emitió íntegro en la cadena de pago HBO.
12 nuevas canciones con 12 nuevos videoclips, más hilados que en su primer experimento, que no han dejado a nadie indiferentes y que, al margen de que te pueda gustar o no, lo que Beyoncé ha dejado claro es que en terreno musical hace lo que le viene en gana al margen de normas, tendencias e industria.
Lemonade abarca dos grandes temas, uno muy personal y el otro muy social. En el primer caso viene a alimentar los rumores que se llevan extendiendo durante mucho tiempo sobre crisis en su matrimonio.
En un terreno más amplio y social, el otro gran tema del disco es de raza y género. Beyoncé ha sacado a relucir en más de una ocasión su condición feminista y ahora lo recupera para centrarse en las mujeres negras y en el poder que tienen. Está claro que se ha erigido como la voz de denuncia del trato discriminatorio hacia las mujeres negras.
Y en cuanto a lo musical, Beyoncé ha vuelto a hacer lo que le ha dado la gana y para eso se ha rodeado de gente muy dispar. Entre los colaboradores nos encontramos con Jack White, The Weeknd, James Blake y Kendrick Lamar. Estos dos últimos, además se han metido en labores de producción junto a Diplo, Mike Dean o Just Blaze. Colaboradores que habían guardado el secreto y que ahora ya son libres para hablar de su experiencia con la gran diva.
Hay variedad, sí. Tan pronto nos encontramos con una balada de esa que se te cuela en las entrañas como grandes hits con aspiraciones veraniegas, algo de rock recurriendo a un sample de Led Zeppelin, o, incluso, un acercamiento al country, algo nuevo para ella.
Por Fulgencio Martín.
Música TSI 